miércoles, 31 de julio de 2013

"Yo escribo desde el dolor y la rabia"


Escribe Edwin Cavello Limas

En la sala José María Arguedas de la FIL, el escritor y periodista Orlando Mazeyra Guillén presentó su libro Mi familia y otras miserias (publicado por el sello Tribal) junto a Oswaldo Reynoso y Guillermo Giacosa.

Reynoso señaló que la gran literatura peruana se está haciendo fuera de Lima. Y, sin duda, Arequipa es una de las ciudades con gran cantidad de escritores de talento literario. Orlando Mazeyra Guillén  demuestra que es un escritor de oficio,  sorprende con sus historias y la fuerza de su prosa. Sus líneas están llenas de imágenes, recrea atmósferas de dolor, rabia, amor y esperanza.
"Mi primera máquina de escribir es un relato poderoso" señala César Hildebrandt. Y tiene toda la razón, es un relato que sacude los recuerdos  desempolvando los fantasmas. Aquí la familia y las miserias saltan de página en página, como  personajes cinematográficos. Leer a Mazeyra me llevó a recordar la gran película  Carácter del director holandés Mike Van Diem.
Mi familia y otras miserias es un libro magníficamente atrevido, una obra que sobresale en la narrativa contemporánea,  y que está condenada a quedar como un referente de la literatura peruana.




martes, 30 de julio de 2013

Guillermo Giacosa: la capacidad de escribir

Azorín decía que cuando uno, a través de la violencia, le hace derramar las primeras lágrimas a un niño introduce en él la ira, la tristeza, la rabia, la venganza… sentimientos que el niño no tiene habitualmente se introducen con la violencia, ¿no? Y parece que, en algunos casos, también se introduce la capacidad para escribir. Ahora, yo no sé si lo que escribe Orlando es verdad o es mentira, pues se trata de ficciones.
Hace muchos años, Orlando me mandó por primera vez un cuento que me gustó mucho porque a mí me encanta que me cuenten historias, me fascinan las historias, me fascina la escritura que va dirigida a la parte emocional de mi cerebro, ¡eso me atrapa! Además los cuentos de Orlando Mazeyra hablan de una familia que aunque no coincide con mis rasgos familiares, pues yo no tuve una familia desgraciada, sí coincide con los rasgos familiares de muchos de mis amigos y parientes que vivían contándome sus desgracias y vivían envidiándome porque en casa nosotros no peleábamos.

Muchos de sus relatos están cargados de una emoción, casi de adolescente, diría yo. Historias que, al fin y al cabo, nos son comunes a todos. En este libro yo rastreo muchas emociones de ese tipo, con las cuales yo me siento identificado: hay una búsqueda de reconocimiento y una profunda decepción.

Guillermo Giacosa

lunes, 29 de julio de 2013

Oswaldo Reynoso: pulsación estética


Yo estoy muchas veces en contra de esos talleres de narrativa que emplean recetas de cocina para escribir un cuento o una novela. Pero qué es lo que noto en el libro de Mazeyra: cada cuento tiene un descubrimiento nuevo del tratamiento de la estructura, no se repite. Muchas veces leo libros de cuentos: leo el primer cuento, leo el segundo… y veo que la estructura es la misma, pero en Mi familia y otras miserias, no. ¿Por qué? Porque cada cuento obedece, fundamentalmente, a una pulsación estética a través de un lenguaje medido, directo, sin mayores adornos, ¿para qué? Para, a través de la belleza, mostrarnos una realidad que nos estremece: es la realidad de la familia.
Nos han metido en la cabeza que lo fundamental de un país es patria y familia. ¿Y qué es la patria? ¿Y qué es la familia? Acá, en este libro, encuentro una protesta frente a ese concepto de familia. Mazeyra a través de un lenguaje conciso, directo, bello, nos hace ver la crisis de la familia. Pero para mí lo fundamental es lo primero, porque está haciendo literatura: la estructura y la palabra con imagen para mostrar una realidad.


Oswaldo Reynoso

sábado, 13 de julio de 2013

La vocación


Por Gabriel Ruiz-Ortega*
La nueva narrativa peruana no atraviesa un buen momento. Lo que vemos, lo que se nos vende, hace rato dejó de ofrecer fuegos. Hemos vivido pues una etapa mentirosa en demasía. Las novelas y cuentarios de hace algunos años, de la gran mayoría de los nuevos narradores peruanos, no son ahora más que fidedignas muestras de victorias pírricas y, pese a su aún corta cronología, tienen a la fecha muchísimas canas, han envejecido prematuramente.
Leer este nuevo cuentario de Orlando Mazeyra, Mi familia y otras miserias, confirma lo que ya se venía sospechando de él: un autor en franca proyección. A diferencia de sus anteriores entregas, estamos ante un conjunto de relatos que en entre líneas abordan la vocación literaria, o mejor dicho, la vocación artística. Mazeyra se muestra cada vez más dueño de sus facultades, maduro en su propuesta y le ha sacado buena ventaja a sus compañeros de generación, puesto que entiende que lo que importa en literatura no es escribir bien —en realidad es lo mínimo que tenemos que esperar de todo escritor— sino transmitir, lo que sea, y si es incomodidad, tanto mejor. Es tal la capacidad de transmisión que logra Mazeyra, que este libro termina ubicándolo como una de las plumas más importantes de la camada de nuevos narradores peruanos.
Si leyéramos más a Mazeyra, indudablemente no diríamos que la nueva narrativa peruana atraviesa un mal momento.


* Gabriel Ruiz-Ortega (Lima, 1977). Es escritor y crítico. Administra el blog  La fortaleza de la soledad Autor de la novela La cacería y de la serie de antologías de narrativa peruana contemporánea Disidentes.