lunes, 6 de enero de 2014

Dos lecturas

En Navidad apareció en el blog de Camilo Fernández Cozman, crítico y miembro de la Academia Peruana de la Lengua, un comentario sobre mi libro. Acá un fragmento:

El cuento es un género que exige una gran capacidad de síntesis, mientras que la novela posibilita abordar un mundo representado más vasto. En tal sentido, el cuentista debería calibrar cada palabra como lo hace el poeta y buscar el afinamiento estilístico. En un buen cuento, ninguna palabra tiene que sobrar. He ahí el ideal de todo hacedor de relatos cortos. Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980) ha publicado dos volúmenes de narrativa: Urgente necesito un retazo de felicidad (2007) y La prosperidad reclusa (2009). 

Este año ha visto la luz su tercer libro: Mi familia y otras miserias(Lima: Tribal Editores, 2013. 155 pp.), un conjunto de cuentos de estilo realista que exploran de temas como el alcoholismo, la soledad, el suicidio, la voluntad parricida, entre otros. Destacan el uso del diálogo, la caracterización de los personajes y la musicalidad de la prosa, la cual, salvando las distancias del caso, hace recordar, en sus mejores momentos, a Julio Ramón Ribeyro.  Dos cuentos notables de Mazeyra son "Mi primera máquina de escribir"  y "De cómo mi padre se fue al infierno".

Se puede leer la crítica completa haciendo clic aquí.

El 3 de enero en el portal de El Búho apareció el ReCUENTO de la narrativa producida en Arequipa durante el año 2013 a cargo del escritor y crítico Jorge Monteza, quien considera a Mi familia y otras miserias el mejor libro de narrativa arequipeña del 2013:

Un narrador con más oficio es Orlando Mazeyra, quien este año publicó Mi familia y otras miserias (Ed. Tribal). Pocas portadas sintonizan tan  bien con el contenido del libro, como este es el caso. En dicha portada aparece una versión libre de San Sebastián mártir, quien murió asaetado por sus congéneres. Es un icono del sufrimiento. Los personajes –o quizá deba decir el personaje– de Mi familia y otras miserias son atormentados, marcados por heridas en el ámbito más íntimo, personal y a la vez primigenio: la familia. El nido de nuestros más perennes traumas y gozos. Mazeyra ha sabido hacer un arte con lo primero y su trabajo es una prueba de que para escribir literatura no hace falta solo dominar el lenguaje, es preciso tener un mundo qué contar. Un mundo que casi siempre nace de una herida remota. Su libro contiene varios cuentos que indiscutiblemente ganan por knockout, por ejemplo Mi primera máquina de escribir, Cartas cerradas, De cómo mi padre se fue al infierno, entre otros. Pero todos los excelentes cuentos no son los 32 del libro. Muchas historias son redundantes y excesivas en datos. Una selección de 15 o 20 cuentos nos hubiera dejado un libro, además de contundente, impecable. Salvando esa situación, hay que decirlo, Mi familia y otras miserias, es el mejor libro de narrativa del 2013 en la producción local.


Se puede leer todo el recuento de Jorge Monteza haciendo clic aquí.

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