Por Jordan Jáuregui Meza
Mi familia y otras miserias es el último libro del escritor Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980), quien en una entrevista para un medio local, ante la pregunta sobre la proporción de realidad-ficción de la obra, respondió: ochenta-veinte; como lo anunció, ningún miembro de su familia acudió a la presentación. Orlando cuestiona cada párrafo como un escribidor que cree vehementemente en lo que hace; y no es gratuito, uno de sus grandes referentes es precisamente Mario Vargas Llosa. A propósito, Jeremías Gamboa[1], sobre El pez en el agua, dice: «Se trata de un encaramiento frontal, sin máscaras ni strip tease invertido, a una serie de heridas psíquicas dolorosas y cruciales. (…) En su novela de no ficción El mundo, el escritor español Juan José Millás señala que "la escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas". Algo similar parece haber realizado El pez en el agua en el propio Vargas Llosa».
La autoficción hace literatura a partir de la canibalización de las experiencias propias. No es fácil escribir, verdadera y verosímilmente, sobre uno mismo; mucho menos una salida anti-creativa para la narrativa. Por el contrario, constituye un reto quizá más desafiante: estrellarse contra la hoja en blanco, destrozarse, volverse a autoconstruir; y después de todo eso, darle la cara al texto. Los autorrelatos Orlando Mazeyra Guillén pasan por ese proceso, y todavía dejan un espacio, bien logrado, de redención para quien se enfrente a ellos.
Por otro lado, la economía del lenguaje presente en cada uno de los cuentos; que no se prestan al soliloquio redundante, muestran a un narrador maduro. Son las acciones, atmósferas y diálogos precisos los que se defienden solos, crean suspenso y abundan en mensajes, sin necesidad de explicaciones.
Orlando, sin más palabras, tu libro me hizo llorar un par de veces.
[1] LA CONJURA DEL PADRE, revista BUENSALVAJE, Nro. 6, p.14
[1] LA CONJURA DEL PADRE, revista BUENSALVAJE, Nro. 6, p.14
Fuente: Blog de Jordan Jáuregui Meza