domingo, 25 de agosto de 2013

El cauterio de la autoficción: mi familia y otras miserias

Por Jordan Jáuregui Meza

Mi familia y otras miserias es el último libro del escritor Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980), quien en una entrevista para un medio local, ante la pregunta sobre la proporción de realidad-ficción de la obra, respondió: ochenta-veinte; como lo anunció, ningún miembro de su familia acudió a la presentación. Orlando cuestiona cada párrafo como un escribidor que cree vehementemente en lo que hace; y no es gratuito, uno de sus grandes referentes es precisamente Mario Vargas Llosa. A propósito, Jeremías Gamboa[1], sobre El pez en el agua, dice: «Se trata de un encaramiento frontal, sin máscaras ni strip tease invertido, a una serie de heridas psíquicas dolorosas y cruciales. (…) En su novela de no ficción El mundo, el escritor español Juan José Millás señala que "la escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas". Algo similar parece haber realizado El pez en el agua en el propio Vargas Llosa».

La autoficción hace literatura a partir de la canibalización de las experiencias propias. No es fácil escribir, verdadera y verosímilmente, sobre uno mismo; mucho menos una salida anti-creativa para la narrativa. Por el contrario, constituye un reto quizá más desafiante: estrellarse contra la hoja en blanco, destrozarse, volverse a autoconstruir; y después de todo eso, darle la cara al texto. Los autorrelatos Orlando Mazeyra Guillén pasan por ese proceso, y todavía dejan un espacio, bien logrado, de redención para quien se enfrente a ellos.

Por otro lado, la economía del lenguaje presente en cada uno de los cuentos; que no se prestan al soliloquio redundante, muestran a un narrador maduro. Son las acciones, atmósferas y diálogos precisos los que se defienden solos, crean suspenso y abundan en mensajes, sin necesidad de explicaciones.

Orlando, sin más palabras, tu libro me hizo llorar un par de veces.

[1] LA CONJURA DEL PADRE, revista BUENSALVAJE, Nro. 6, p.14

Fuente: Blog de Jordan Jáuregui Meza




sábado, 24 de agosto de 2013

Pobredumbre, locura y escarnio: mi familia y otras miserias

Por Álex Rivera de los Ríos
Mi familia y otras miserias (Tribal, 2013) es el tercer libro de relatos de Orlando Mazeyra Guillén, escritor arequipeño que en los últimos años ha cobrado una notoria importancia en los medios culturales del país. Su obra ha sido premiada en distintos certámenes literarios y ha recibido el halago de críticos y autores nacionales e internacionales. No es una sorpresa: ya desde La prosperidad reclusa (Cascahuesos, 2009), su segundo libro, se veía el germen de un escritor impulsivo y de raza que intentaba crear un mundo personal a través de la perfección del lenguaje.
   En los cuentos que integran este libro hay un constante tema de fondo que se intuye ya desde su título: la familia. Los efectos que esta pueda ocasionar en el individuo son determinantes en su urdimbre. Aquí las relaciones filiales están malditas; si existen solo están para atormentar a los personajes, para hacer que estos se pregunten si la locura y la negación son mejor que la cordura de la rutina y lo socialmente establecido. El catedrático español José Luis Martín afirma: “… los personajes de Orlando Mazeyra Guillén se reconocen siempre en la locura y ese reconocimiento los empuja de vuelta al hogar, a batallar estérilmente contra una locura originaria, metafísica, y por tanto invencible.” En pocas palabras, el autor encuentra en la podredumbre, locura y  escarnio su identidad y  herramienta para  describir el mundo.
  En todo caso, los cuentos de este libro me han conmovido, irritado y emocionado (efectos indispensables de todo buen relato). El retrato del padre es descarnado y brutal, y estoy segurísimo que dejará un recuerdo imperecedero en los lectores, quienes sabrán reconocerse, como hice yo, en más de un personaje. Si bien hay unos cuantos que, ya sea por su débil esmero en el lenguaje, trama o construcción, el autor debió juzgar mejor antes de incluirlos en la colección, el libro en conjunto consigue una rotunda solidez. Recomiendo con emoción la inmediata lectura de “Mi primera máquina de escribir”, “Ropa tendida”, “De cómo mi padre se fue al infierno” y “Sueños sucios”, que  son los cuentos que más efecto causaron en mí.


    Orlando Mazeyra es un escritor  capaz de conciliar literariamente a dos eternos y acérrimos enemigos como Hildebrandt y Fernando Ampuero, que no dudaron en halagar por todo lo alto su obra. Y es que un escritor que no tiene miedo de desollarse a sí mismo y mostrar sus entrañas y miserias, merece, más que aplausos vacíos, la pronta lectura de sus libros.
Fuente: Blog "El sol y la carne" de Álex Rivera de los Ríos

domingo, 11 de agosto de 2013

Libros y autores - Diario La República (Lima)

Diario La República (Lima), domingo 11 de agosto de 2013.


Un libro de cuentos que ya ha ganado celebraciones de la crítica y de los lectores. Sus narraciones acumulan no poca intensidad, que, acaso comprimida primero, después se expande de manera sugerente y creativa, y todo con prosa precisa.