Hola Orlando,
Tu libro ha viajado en mi bolso estos días, es imposible no terminar de leerlo después que una lo empieza, escribes y atrapas (lo compré, mientras conversábamos con tu amigo, frente a la casa de Artescénica, ¿recuerdas?).Me alegra mucho que tus personajes me hagan exorcizar algunas de mis frustraciones, que ellos hablen con esa naturalidad que hiere, brama y a veces llega a redimir, la marca familiar que pesa sobre el “destino”. Me han gustado mucho especialmente: "Es mejor hacerlo con agua mineral", "Los libros malditos", "De cómo mi padre se fue al infierno", "Mi primera máquina de escribir", "Alguien se acuerda de ti", "Veneno congénito", "Me enseñaste a orinar". Y la cita que compartes de Borges.Tu libro ha reactivado, también, en mí, un hábito que ya estaba perdiendo mucho: leer.Muchas gracias. Y verdaderos éxitos para ti.
Doris Encalada
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