Yo estoy muchas veces en contra
de esos talleres de narrativa que emplean recetas de cocina para escribir un
cuento o una novela. Pero qué es lo que noto en el libro de Mazeyra: cada
cuento tiene un descubrimiento nuevo del tratamiento de la estructura, no se
repite. Muchas veces leo libros de cuentos: leo el primer cuento, leo el
segundo… y veo que la estructura es la misma, pero en Mi familia y otras
miserias, no. ¿Por qué? Porque cada cuento obedece, fundamentalmente, a una
pulsación estética a través de un lenguaje medido, directo, sin mayores
adornos, ¿para qué? Para, a través de la belleza, mostrarnos una realidad que
nos estremece: es la realidad de la familia.
Nos han metido en la cabeza que
lo fundamental de un país es patria y familia. ¿Y qué es la patria? ¿Y qué es
la familia? Acá, en este libro, encuentro una protesta frente a ese concepto de
familia. Mazeyra a través de un lenguaje conciso, directo, bello, nos hace ver
la crisis de la familia. Pero para mí lo fundamental es lo primero, porque está
haciendo literatura: la estructura y la palabra con imagen para mostrar una
realidad.
Oswaldo Reynoso
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